miércoles, 12 de mayo de 2010

MAS Propiedades del Cloruro de Magnesio

MAGNESIO: El tranquilizante de la naturaleza

La estructura química de la hemoglobina y de la clorofila es increíblemente parecida. La diferencia fundamental se encuentra en el centro de sus moléculas.
En el centro de la molécula de hemoglobina hay un átomo de hierro y en el centro de la molécula de clorofila hay un átomo de magnesio (MG).
La hemoglobina le da el color rojo a la sangre y la clorofila su color verde.
La primera toma oxígeno y descarta anhídrido carbónico; la segunda toma anhídrido carbónico y descarta el oxígeno.
Podemos afirmar que la hemoglobina es la esencia de la sangre animal y la clorofila la esencia de la sangre vegetal.
El reino animal es yang: necesita del reino vegetal para respirar y nutrirse. Por otra parte el reino vegetal es yin y también necesita del reino animal para respirar y nutrirse. Ambos son inseparables y necesitan uno del otro para sobrevivir.
Vemos claramente en este ejemplo de la vida natural, el principio de yin y yang enseñado por los sabios de la antigüedad.
El yang animal necesita del yin vegetal para encontrar equilibrio y armonía. Cuando tomamos vegetales tomamos yin. Este tipo de energía es relajante, pacífica y alivia nuestras tensiones. Tal vez los humanos modernos están tan estresados (demasiado yang) por descuidar la alimentación clorofílica vegetal e interesarse demasiado en alimentos yang como la carne y los lácteos. Razonando en estos términos, una estrategia para superar el estrés sería nutrirse con una mayor proporción de alimentos clorofílicos (yin), pero sin llegar a debilitarse (muy yin).
Por ello, el magnesio (MG) es el tranquilizante de la naturaleza, la esencia del mundo vegetal, el corazón de la molécula de clorofila verde.
Cuando falta magnesio en la dieta humana, el individuo se contrae, se tensiona, se producen espasmos musculares y vasculares. Se acelera el corazón. Es un típico caso de exceso de yang por falta de yin.
Y la evidencia científica está confirmando lo que los intuitivos orientales utilizando su simple principio universal de yin y yang siempre supieron. El animal humano, fisiológicamente semi-vegetariano, necesita la suavidad yin del vegetal para encontrar serenidad, calma y claridad mental y emocional.
Por lo tanto el magnesio es la esencia del yin vegetal y su carencia quiebra la armonía y la salud. Veamos como la ciencia ha puesto esto en evidencia.

Los procesos metabólicos humanos requieren de la actividad de unas proteínas especiales llamadas enzimas. Sin estas enzimas no habría digestión ni formación de células o tejidos biológicos, ni siquiera podríamos respirar. Se ha demostrado luego de extensos estudios que el magnesio activa más de 300 de estas enzimas. O sea que sin suficiente magnesio no podríamos funcionar biológicamente.
Cuando los niveles de magnesio descienden por debajo del nivel deseable, la primera manifestación es contracturas musculares (dolores de espalda crónicos) muchas veces como espasmos y también calambres. Los calambres pueden ser provocados por falta de potasio pero también por falta de magnesio. Y en general cuando desciende uno, desciende el otro. Pero en una persona que habitualmente se queja de espasmos musculares y dolores crónicos debemos pensar en una falta de magnesio. Otras condiciones caracterizadas por contracciones involuntarias e inesperadas (espasmos) pueden afectar a otros órganos y producir cuadros patológicos. Por ejemplo se ha visto que la falta de MG se asocia con asma (broncoespasmo) y otras alergias, cistitis (espasmo del músculo vesical), migraña (vasoespasmo intracraneal), hipertensión arterial (vasoconstricción), angina de pecho (vasoconstricción coronaria, a veces de mecanismo vasoespástico) y vasculitis (vasoespasmo en arterias, típicamente el mal de Raynaud). El espasmo de las arterias coronarias (que irrigan al músculo cardíaco) puede producir angina de pecho (dolor torácico típico de los enfermos cardíacos) o arritmias. Las arritmias aceleran anormalmente los latidos cardíacos y se perciben como palpitaciones.

La arterioesclerosis es una condición caracterizada por el endurecimiento arterial. Eso es yang (dureza y contracción, rigidez). Ahora se sabe que suficientes niveles de MG, alivian esta condición, protegiendo a las paredes vasculares de este mal, que produce el verdadero envejecimiento acelerado de las sociedades altamente yang (carnívoras). Son numerosos los estudios científicos que demuestran cómo el MG evita el depósito de colesterol y calcio en los vasos sanguíneos, distribuyéndolos desde la circulación hacia la matriz ósea (calcio) y hacia el hígado y glándulas endocrinas (colesterol). Y también se ha demostrado que una ingesta adecuada de MG disminuye los niveles de colesterol plasmático.
Otras investigaciones revelaron que en pacientes que fallecen por infarto de miocardio, la autopsia indicó falta de magnesio en el músculo cardíaco.

También se ha visto que la falta de magnesio se asocia con alteraciones nerviosas, como temblores, trastornos psiquiátricos y ataxia (falta de coordinación durante la marcha). Esto es claramente evidente en alcohólicos (en general poco interesados en la clorofila). Se ha indicado niveles bajos de magnesio en personas muy estresadas, con gran nerviosidad y dificultad para conciliar el sueño. También la evidencia médica confirmó el alivio de pacientes con irritabilidad, ataques de pánico, ansiedad, depresión y alteraciones del humor, al aumentar los niveles de MG en sangre.

Se han realizado interesantes investigaciones en el comportamiento animal en relación con el magnesio. Una investigadora constató que el MG influye en el amor maternal en gatos. La gata con deficiencia de magnesio se desinteresa por su camada. Este comportamiento se normaliza cuando se le suministran sales de magnesio. Esta investigadora presentó a una gata (con carencia de MG) su propia camada (también con carencia de MG) y a otra camada de otra gata pero con niveles normales de MG. La gata carente abandonó a sus propios hijos y adoptó como suyos a los gatitos con niveles saludables de MG. Al lamerlos obtenía el magnesio que necesitaba. Estos experimentos parecen un tanto crueles, pero son ilustrativos de cómo este magnesio puede afectar tan profundamente la vida de los animales.

Una de las mayores especialistas de mundo en magnesio, la Dra. Seeling, afirma que más del 80% de la población tiene bajos niveles de magnesio (en EEUU)
Antiguamente en Europa, la gente tenía niveles adecuados de magnesio, al nutrirse de pan integral y porotos. Con el advenimiento de la revolución industrial y el comienzo de las refinaciones de granos a gran escala, la gente pasó a consumir pan blanco y carnes rojas, ambas fuentes pobres en magnesio.

En casos críticos se puede administrar suplementos sintéticos de MG en forma de óxido de MG o carbonato de MG, en dosis de 50 a 100 mg diarios.
Esto estaría justificado en hipertensos que toman diuréticos, atletas (por la transpiración excesiva que agota las reservas de MG) o en personas que transpiran excesivamente o con síntomas severos de hipomagnesemia. También las personas muy estresadas deberían recibir suplementos de MG.

Pero no sería necesario recibir suplementos artificiales si nuestra dieta tuviera suficiente porcentaje de alimentación vegetal, en particular algas y verduras de hoja. Otras fuentes de magnesio son el cacao, frutas secas (nueces, almendras, castañas, avellanas), pescado y mariscos, porotos, maíz, trigo y arroz integral. Los vegetarianos raramente tienen deficiencia de magnesio. Pero nuestra cultura occidental fuertemente orientada a los alimentos de origen animal, está poco interesada en las verduras y porotos. En particular los niños se han vuelto aficionados a las hamburguesas, helados, dulces, papas fritas y refrescos. ¿Dónde está el MG? Entonces tenemos niños hiperactivos en las escuelas y en vez de darles magnesio en sus casas, les dan ritalina para sedarlos. Y vivimos en una cultura estresada, agresiva y sumamente competitiva, altamente interesada en carnes y quesos, y que hasta se mofa de las “verduritas”.
Debemos reconsiderar nuestra necesidad de armonía con el reino vegetal. Allí está la tranquilidad y la armonía que buscamos a través de exóticas prácticas orientales. La esencia no está en las técnicas sino en el magnesio…..
Martín Macedo
Abril, 2009